ETAPAS DE UNA VIDA

Un caluroso día de primavera jugábame la vida una mala pasada.

Larga historia la de aquella corta tarde.

El día en su término se prolongaba.

Tuvo lugar en última instancia la apoplejía sentimental.

Rompen la monotonía diaria y el silencio guardado sucesos inesperados.

Allende la indómita noche de luna llena, mi mente vio la luz en tu mirada, y

por un segundo vislumbré la verdad, en tu rostro reflejada.

No traté en mi sueño de sosegar con la razón mis sentimientos,

paseé contigo como antaño.

Alcanzando el despertador con sus zumbidos mis pabellones auditivos,

bruscamente regresé a la realidad olvidando lo soñado

y disgustándome por ello.

Mi instinto me dijo: «tal sueño marcará tu vida por completo», y sin duda lo ha hecho.

Reflejándolo aquí y ahora, tal y como  lo dicta mi memoria.

 

Descanse en paz

La conciencia a largo plazo, ese gran enemigo del hombre. ¿Quién no ha llevado a cabo alguna acción moralmente injusta sin pensar en ese momento en las consecuencias? Está claro que nadie se libra del pecado. Pero, después de esto ¿quién ruega por nosotros, los pecadores?. Ahora sólo podemos rezar, despojarnos de toda racionalidad, pues el daño ya está hecho. ¿Qué demuestra el arrepentimiento? Claramente cobardía, la cual en estos días está presente en cualquier ámbito.

Todos coincidiremos en en que estamos en un país de pillos, pero no de pillos inteligentes, sino pillos ignorantes, que se reproducen y asoman las cabezas bajo las piedras. Sí, he dicho «piedras» refiriéndome a esos ladrillos que ellos mismos, los pícaros, colocaron dando forma de viviendas. La picaresca ha retornado al siglo XXI para hacer daño y destruir vidas de familias. Cabe destacar el concepto de «libertad» presente en la sociedad vigente. Este modelo liberal no es coherente, pues la teoría no se corresponde con la práctica, que lejos de parecerse progresivamente con el tiempo, son cada vez más diferentes.

El problema está sin duda en el seno de la población embrutecida. Los abusos de poder ya se han tornado habituales y lo que es peor, la definición de hombre como «animal racional» ha cambiado radicalmente para pasar a ser «animal irracionalmente racional». La razón ya no caracteriza al ser humano, es cierto que en él se lleva a cabo la labor de un proceso racional en el que la razón está desvinculada por completo.

Donde habite el olvido, allí estará la razón.

D.E.P. Razón