RIMAS

besos dos niños

Locamente mi locura me tortura a su manera,

sin saber siquiera

si el amor que me espera

merece o no la pena.

Si entre mis días de demencia

no perdí la paciencia,

tendré la decencia

de recordar tu presencia.

Este mar de lágrimas,

por el que han pasado todas mis rimas,

convertirlo ahora intento en sonrisas.