Nos sentimos especiales a nivel mundial, pero la realidad es que no lo somos en absoluto.
La vida real es tan triste como que si no eres famoso olvídate de ser importante, ya puedes ser el más bueno del mundo que de nada te sirve.
En mi mundo humilde nunca desearía ser famosa. Adoro la naturalidad y el anonimato tanto como la vida misma. Y en la propia palabra «vida» está implícito tanto el plano personal como el perfil público. Ser famoso es dedicarse al público en mayor medida y si puedes y los medios de comunicación te dejan, podrás tener vida personal.
El consumismo y los programas basura, como fruto del aburrimiento, son temas que me tienen algo cabreada. Ya no me refiero a la gente que se dedica a realizar este tipo de realities, me refiero a la audiencia.
Realmente siempre nos quejamos de este tipo de programas. Si soy sincera, aún no me he topapdo con nunguna señora de edad avanzada que haya dicho palabra bonita sobre programas tipo «Sálvame» «GH» «MHYV».
Y llegando a este punto, seamos realistas, ¿quién no ha visto ese tipo de programas? Somos presa fácil del aburrimiento, siempre echamos mano al mando y después de media hora haciendo zaping y nos encontramos con un canal que no están en publicidad, nos sentimos de alguna manera llenos de satisfacción y exhaustos tras esa lucha interminable contra los anuncios del tipo: una mujer teniendo un orgasmo al comerse un helado de nata carmelizado, un modelo que se exhibe semi-desnudo para anunciar una colonia o un niño bañándose en charcos en el caso de detergentes.
El aburrimiento es el gran problema de la clase media española. Cuando te aburres, ya no hablas con la familia, por que igual no hay nadie en casa, tu madre está trabajando como una cornuda para cobrar la paga mínima y tu padre con dos carreras, en la cola del paro. Y en caso de que tengas hermanos, igual están donando semen para poder pagarse la matricula de la universidad, a saber que están haciendo. Total, que caes en ese círculo de aburrimiento, te vas al sofá y te topas con Tele5, que ya viene de serie con el lema «No al aburrimiento» y parece ser que en cada uno de nuestros «me aburro» ellos tienen la receta para que el dichoso burro deje de hacer pis en casa.
Estoy segura que si a día de hoy contásemos con algunos Schopenhauers españoles, este tipo de programas habrían quedado ridiculizados hasta las entrañas.
En resumen, vengo a decir que hay que dejar a un lado la tele y centrarse un poco en nuestro interés cultural. Bueno, tampoco pido tanto, dejémoslo en centrarnos en nosotros mismos y menos en los cotilleos de famosos, que al parecer, saber que alguien está peor que nosotros es nuestro consuelo.
Decía mi abuela que «sólo se aburre la gente aburrida». Aunque no la miro, no creo que la tele sea el mal absoluto. También hay mala literatura. Como siempre, es como elegimos llenar nuestros días (lucha por sobrevivir aparte). De entrada, parece que lo estás haciendo muy bien. Un saludo.
Viktor Frankl decía que la primera manifestación del vacío existencial (no saber por qué vives ni para qué vives) es el aburrimiento. La siguiente fase es la desesperación. 🙂 Y a veces, después de la desesperación (y esto lo aporto yo), llega el movimiento.
Hola! he decidido nominarte a los Liebster Awards! encontrarás toda la info en este link: http://wp.me/p34Sl2-q3 un abrazo!
Bueno, a mí, el aburrimiento me parece estupendo, y ni siquiera tengo TV; vivo en una casa; tengo un huerto y una perra algo mema, unos tres mil libros más los del kindle, y también una esposa pero como curiosamente es marinera la veo poco. Ni siquiera escucho la radio: sólo mis discos (clásica contemporánea, excepto cuando está mi mujer que me calza chuminaditas de Mozart, ya ves, y, por supuesto, tampoco leo periódicos.
Y aquí, tan ricamente.
¡Hola!¿ Cómo va todo?
Te he nominado a unos premios que se dan entre blogueros. Echa un vistazo a esto http://chemarey.wordpress.com/2013/08/28/nominacion-a-los-premios-liebster-award/
Un saludo!
Hola. Acabo de encontrar tu blog y me está gustando mucho.
Estoy muy de acuerdo con lo que dices y cómo lo dices.
Me verás por aquí.
Un saludo.
Muchísimas gracias cielo, la verdad es que comentarios así animan mucho. ¡Un beso!
Definitivamente, los realities son la expresión más grande de telebasura a Dios gracias que tenemos una que otra serie donde podemos disfrutar de la creatividad humanad llevada al máximo nivel aunque no está de más abrir un libro de vez en cuando y alimentar el cerebro con una buena historia, buen artículo, ahí va el like
El aburrimiento si es nuestro enemigo
creo que no es tanto el aburrimiento como lo ociosos o en lo mal que invertimos nuestras energías en cosas absurdas…hemos dejado de pensar, conversar…ser realmente críticos y constructivos…
Me encanta tu blog. Gracias por visitar el mio. Saludos. Elssa Ana
Muchísimas gracias, no sabes como se aprecian este tipo de comentarios. Un saludo.
La mayoría de los humanos no sabe qué hacer con su ocio, por eso se dejan llevar por la TV porque es el medio que entrega vago entretenimiento, sin exigirle un poco de reflexión al espectador. La gente quiere olvidarse por completo hasta de sí misma y no soporta el aburrimiento, por eso confía su ser a todos los medios que les dictan cuál es la verdad a seguir, por eso su poder es inmenso. Pero donde hay poder hay resistencia al poder (Foucault) y aún hay humanos que saben qué hacer con el ocio, que no cualquier cosa les seduce, que se entregan a sí mismos y después ayudan a los demás. Son esos los que podrían enseñar a los demás que las bellas artes están para que las admiremos y para que las disfrutemos, que el camino del conocimiento no está manchado de infelicidad y aburrimiento, que es mejor optar por vivir la vida que queremos vivir y no la que nos dictan. Son esos grandes ociosos los que lograrán que algunos (ojala demasiados) apaguen la televisión y empiecen a reflexionar con los amigos.
Saludos, me gustó muchísimo este post.