DAÑOS

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Si me lleva esta locura,

prefiero no saber si tiene cura.

Ni quiero que sepa mi subconsciente

que soy consciente de mi tortura.

Mis años son los daños,

que permanecen en el recuerdo,

aunque se olvidan con el tiempo.

Las heridas más profundas que dejaste,

tardan en sanarse más de lo que tardé en olvidarte.

Ya no quiero ser tu amante,

ahora aspiro a ser ignorante.

CRÍTICA AL ABURRIMIENTO

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Nos sentimos especiales a nivel mundial, pero la realidad es que no lo somos en absoluto.

La vida real es tan triste como que si no eres famoso olvídate de ser importante, ya puedes ser el más bueno del mundo que de nada te sirve.

En mi mundo humilde nunca desearía ser famosa. Adoro la naturalidad y el anonimato tanto como la vida misma. Y en la propia palabra «vida» está implícito tanto el plano personal como el perfil público. Ser famoso es dedicarse al público en mayor medida y si puedes y los medios de comunicación te dejan, podrás tener vida personal.

El consumismo y los programas basura, como fruto del aburrimiento, son temas que me tienen algo cabreada. Ya no me refiero a la gente que se dedica a realizar este tipo de realities, me refiero a la audiencia.

Realmente siempre nos quejamos de este tipo de programas. Si soy sincera, aún no me he topapdo con nunguna señora de edad avanzada que haya dicho palabra bonita sobre programas tipo «Sálvame» «GH» «MHYV».

Y llegando a este punto, seamos realistas, ¿quién no ha visto ese tipo de programas? Somos presa fácil del aburrimiento, siempre echamos mano al mando y después de media hora haciendo zaping y nos encontramos con un canal que no están en publicidad, nos sentimos de alguna manera llenos de satisfacción y exhaustos tras esa lucha interminable contra los anuncios del tipo: una mujer teniendo un orgasmo al comerse un helado de nata carmelizado, un modelo que se exhibe semi-desnudo para anunciar una colonia o un niño bañándose en charcos en el caso de detergentes.

El aburrimiento es el gran problema de la clase media española. Cuando te aburres, ya no hablas con la familia, por que igual no hay nadie en casa, tu madre está trabajando como una cornuda para cobrar la paga mínima y tu padre con dos carreras, en la cola del paro. Y en caso de que tengas hermanos, igual están donando semen para poder pagarse la matricula de la universidad, a saber que están haciendo. Total, que caes en ese círculo de aburrimiento, te vas al sofá y te topas con Tele5, que ya viene de serie con el lema «No al aburrimiento» y parece ser que en cada uno de nuestros «me aburro» ellos tienen la receta para que el dichoso burro deje de hacer pis en casa.

Estoy segura que si a día de hoy contásemos con algunos Schopenhauers españoles, este tipo de programas habrían quedado ridiculizados hasta las entrañas.

En resumen, vengo a decir que hay que dejar a un lado la tele y centrarse un poco en nuestro interés cultural. Bueno, tampoco pido tanto, dejémoslo en centrarnos en nosotros mismos y menos en los cotilleos de famosos, que al parecer, saber que alguien está peor que nosotros es nuestro consuelo.

DESTINO

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Con tinta escribo en este papel,

donde dejo atrás mi timidez.

Prometo un viaje por el universo

con un único beso,

que daré segura,

sin ataduras.

Confío en el trayecto a tu lado,

tan correcto como mi pasado.

Jamás dije un te quiero inoportuno,

ninguno del que me arrepienta.

Si te conocí, quizá fue por el destino.

Pues no hay nada que me ronde más el pensamiento ni duda peor planteada,

que a estas horas me tenga desvelada.

La existencia del destino,

de mi propio camino.

AMARGA DESPEDIDA

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Vestido de julios va el verano, relucientes como anillos en tus manos.

Con papel callo mis días grises de este julio invernal, tan personal como original.

Siempre fui partidaria de los besos a escondidas, pero ahora no dejo de tomar medidas para sustituirlos por sonrisas.

El reflejo de tu cara en la pantalla, deja más lágrimas en mi cama que aquel día en tu casa.

Y la verdad es que no hubo cena más amarga, en la que una despedida pedí por postre, que me dejó abatida toda la noche.

El camino hacia mi casa se hacía distinto. Sentía que el viento iba en mi contra, cuando días atrás solo pensaba el último beso y ni siquiera notaba el molesto viento.

En busca de rincones escondidos iba, pensando en los motivos causantes de aquel desastre.

El llanto impedía el lamento, mi pensamiento jugaba con su arrepentimiento.

Todas las cartas guardadas, habían perdido valor con tan solo una palabra.

Aquel contraste con la realidad me dejó sin vida por varias horas.

Tumbada en una cama, veía pasar batas blancas de medida standard, un olor que no me parecía familiar. Los cortes en mi muñeca me unían mediante cables a una máquina situada a mi derecha.

Aquello era inimaginable, enganchada a la bebida, la causante de todas mis heridas.

De mal gusto me parecian las autolesiones vistas desde otra perspectiva. Porque al fin y al cabo, el ser humano es así de simple, todo nos parece normal hasta que el drama arriva al terreno personal.

NO VIOLENCIA

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Que me espante este desastre que me llena de recuerdos. Si recordarlo pudiera en mil años, yo no sabría decirte si realmente me acordaría de mis daños.

A quitarme la vida no atino con gatillo ni con pastillas. Pero no es necesario que mi familia pase por ese calvario, donde yo no fui la culpable de nada pero de todo por ser amable. Nada negué, todo afirmé. Todo consentí, nada me consintieron. Mis años pasé sufriendo. Hasta que el fin me da la mano y yo no hago más que recordarlo. Que ningún sentido tuvo mi vida mayor que el de vivir sufriendo, jugando a ser feliz, llamándole infeliz. Cuando la única infeliz era yo con mis historias, donde mi memoria era la más notoria de esta traición.

Dando oportunidades a esas palabras que olían a vino, que me convencían con desafiante mirada, me hacían ver mi destino nublado.

El sonido del teléfono me alteraba, ya perdía la calma que tanto me costaba guardar. Su número en la pantalla, imaginando la llamada , acudían a escena mis lágrimas.

No sabía donde sin querer me había metido , ni ser consciente quería de lo que aquello sería si de allí trataba de escapar. Por no alarmar su calma con la que me pegaba a altas horas de la madrugada. El color morado tiene más fuerza que mi voz en ese instante. Yo estos momentos los creía de película, hasta que la realidad me envolvió en un drama por muchos años. En los que mi felicidad se cuenta en minutos y el resto por descarte, sufrimiento.

ESNOBs

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Ayer, paseando, me di cuenta de lo ridículo que puede llegar a ser el ser humano en cuanto escapa de su madriguera, para dirigirse hacia un mundo más social y quien sabe si más pulcro e interesante. Estaba yo con un grupo de amigas esperando en la puerta de un restaurante, con una terraza sumamente grande y tan solo cuatro mesas ocupadas. Cuando de repente llega una familia, os haré una breve descripción de esta: a principios de agosto ella llevaba nada más y nada menos que unos pantalones vaqueros largos, una camiseta cubierta por una chaqueta de lana y un pañuelo coral con al menos cuatro vueltas alrededor del cuello. El hombre, parecía la antítesis personificada de ella, pantalón corto con camiseta corta, con aires veraniegos. Los niños llevaban una mezcla primavera – verano un tanto rara, para que engañarnos.

A todo esto, llega la hora de decidir que mesa escoger. Pero es que puedo asegurar que en un campo de batalla jamás vi tantas estrategias como aquel día.

Como podréis imaginar era una lucha en contra y para el viento.

Ella, con más de tres capas de ropa, se decantó por el rincón donde corría algo de aire. Él por el contrario opinaba que eso tenía solución que se podía quitar la chaqueta, ya que él tenía frío. Situados a conciencia, en sus respectivos puestos a defender, que a mí precisamente me recordó al famoso juego de “Hundir la flota”, donde tenías que dar unas coordenadas para hundir los barcos del oponente. Pero ahora vendría lo peor, los niños situados a igual distancia del padre que de la madre parecían estar al tanto de todo. Entonces fue cuando a uno se le ocurrió la fantástica y maravillosa idea de echarlo a “piedra, papel o tijera”. Bueno, cierto es que cosa más patética no vi en la vida, os imagináis hacer unas elecciones con “piedra, papel o tijera” yo creo que sería la forma más inteligente de elegir a un presidente. Ese juego se reviste con el nombre de “Destino” , todos quedaríamos mas conformes sabiendo que el destino fue el que nos metió en este gran “agujero negro” y no nosotros mismos. Bueno, a lo que iba, la madre perdió, como era de esperar, y descargó allí su mercancía en una silla que ni Miguel Ángel habría sido capaz de moldear aquella figura que por la forma parecía un invitado más en la mesa. Pero esperad, que todavía no ha llegado lo mejor, sentados en la mesa de un restaurante italiano, en primera linea de playa, con vistas al mar, el padre le echa un vistazo a la carta y a modo de sorpresa dice que ese sitio es muy caro. Si esa situación hubiese sido traspasada a un cómic, hubiese pagado por leerle el pensamiento. Llega el camarero dispuesto a tomar nota y al magnífico señor no se le ocurre otra cosa que pedir para beber un “vasito de agua del grifo, por favor” bueno, en ese instante mi cara de descomposición era tremenda. Tras la lucha por los ingredientes de la pizza, decidieron no arriesgar y decantarse por la simple. Allí tenías a todos con “vasitos de agua del grifo” y compartiendo una pizza entre cuatro. Yo, por suerte o por desgracia me marché de allí enseguida. La verdad es que espero que a aquel hombre no le pareciese tan cara su cena. Pero al menos, él ya podía decir que había cenado en un restaurante de esa índole, que quieras o no, siempre asciende tu estatus social entre familiares y amigos.